Cine fantástico de los 80, hoy: Dentro del Laberinto

A lo largo del transcurso de la historia suele suceder que una persona que logra el reconocimiento y la vanguardia, lamentablemente, por circunstancias fortuitas o no, pierde la vida muy tempranamente. En el sector musical tenemos como ejemplo por antonomasia al famoso club de los 27. Sus exponentes más famosos son Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Janis Joplin y Kurt Cobain, entre muchos otros.

Si bien murió a los 53 años, Jim Henson puede también incluirse en el conjunto de artistas vanguardistas que murieron a mi humilde parecer muy pronto y con mucha tinta con la que podían seguir  escribiendo maravillas.

En 1955 y con solo 19 años creó el icónico show de Los Teleñecos, con personajes tan entrañables como la rana Gustavo (ahora llamada Kermit, tal su nombre original), Caponata o Big Bird, la cerdita Peggy y los inclaudicables Bert and Ernie (en España, Epi y Blas), entre muchos queridos personajes.

Ya demostrada parte de su vasta experiencia en la televisión, son sus aportes al séptimo arte los que hoy nos convocan. Sus contribuciones como director de cine, de clásicas películas y de culto como lo son El Cristal Oscuro y Dentro del Laberinto han sabido marcar, cada una en su propio estilo, un antes y un después en lo que a cine fantástico se refiere.

Es precisamente Dentro del laberinto, la película que lo consagra como una eminencia en su área, ya que con El Cristal Oscuro sufrió demasiados reveses que hicieron peligrar el estreno de ésta, en el año de 1982.

Ya en 1986 y con el espaldarazo de George Lucas, se estrena Dentro del Laberinto, que lamentablemente fue un fracaso en taquilla, pero obtuvo una merecida segunda oportunidad en los videoclubes y reposiciones de televisión.

Esta película, junto a los Goonies, La Princesa Prometida y Willow entre otras, simplifican un viaje a la más nostálgica infancia y son aquellas cintas que podemos ver una y otra vez, recitando los diálogos sin temor alguno al ridículo.

Dentro del Laberinto evoca una metáfora de lo intrincada y difícil que suele ser la primera adolescencia, del despertar sexual y que  muchas veces no podemos hacernos cargo de todo lo que deseamos. Que a fin de cuentas, para toda acción hay una reacción y que las consecuencias, siempre más temprano que tarde, se terminan pagando.

La sinopsis de esta obra maestra responde a que Sarah (Jennifer Connelly), una chica con una imaginación insondable, disgustada por tener que cuidar a Toby, su hermanito pequeño, en una actitud más que egoísta, invoca a Jareth, el Rey Duende (un impecable David Bowie y no hay nada que objetar), para pedirle que se lleve lejos a Toby y así poder esquivar la responsabilidad de cuidarlo.

Pero su jugada le sale muy mal, ya que una vez se da cuenta de su error, le pide a Jareth que le devuelva al bebé, a lo que el Rey Duende le responde que tiene solamente 13 horas para ir a buscarlo al final de el laberinto, ya que sino, después de expirado este plazo, Toby se va a convertir en un duende por siempre.

El nivel de detalle en las marionetas y decorados es de una pasmosidad absoluta. Henson logra capturar al detalle en el laberinto esa transición que significa el paso a la adolescencia, cuando el dédalo que por fuera y a simple vista parece amigable, es más bien todo lo contrario.

El trabajo por parte de los titiriteros fue titánico y digno de destacar, ya que por ejemplo, solo por Hoggle, cuya voz la hizo Brian Henson, hijo de Jim, se utilizó a una actriz junto a 4 titiriteros, además de 18 motores solo para controlar los músculos de la cara del muñeco.

Personajes

Sarah (Jennifer Connelly): Es la protagonista de la película, quien debe adentrarse en las fauces del laberinto para salvar a su hermanito tras haber tomado una mala decisión.

Toby (Toby Froud): Es el bebé y hermano menor de Sara, quien está secuestrado por Jareth, el Rey Duende. Como curiosidad del guión, el bebé en realidad se llamaba Freddie, pero como el infante solo atendía a su propio nombre, tuvieron que cambiar el guión.

Jareth, el rey Duende (David Bowie): Es el rey duende quien chantajea a Sarah para ser parte de este dédalo ambivalente, donde las mayores confusiones de la chica toman lugar. Por otro lado, es David Bowie, y somos totalmente parciales con él…

Hoggle (Brian Henson): Este duende malhumorado, artero e inseguro guía a Sarah a través del laberinto, ocultando al principio sus no tan benévolas intenciones.

Sir Dydymus (David Shaughnessy): Este ílógico héroe es un perrito  fox terrier alocado  que, junto a su fiel amigo  Ambrosius,  más de una vez defiende a Sarah y a sus aliados. Como curiosidad, Henson tomó algunas ideas prestadas de Don Quijote para el «caballero».

Ludo (Ron Mueck): Aunque su aspecto puede ser bestial e intimidante, es más bien todo lo contrario.

Parte importante y digna de mención es la banda de sonora de esta película. Compuesta por Trevor Jones y David Bowie, se caracteriza por su sonido ecléctico en el carnaval de emociones por las que transita Sarah. Canciones como “Underground”, “Magic Dance” y “As the World Falls Down”, perduran y perdurarán en el imaginario colectivo de toda una generación y de las que vienen.

Continuaciones

Dentro del Laberinto tiene una continuación en formato anime que entrama la vida de Toby. También hay un proceso para hacer un largometraje que continuaría el argumento original. De este proyecto solo sabemos que  el director uruguayo Fede Álvarez tendrá la difícil tarea no solo de dirigir, sino también contentar a todo aquel que se precie como fan de una película tan emblemática como esta.

Generalmente, solemos hacer una lista con pros y contras sobre el tema que publicamos, pero, sin querer generar polémica sentimos desde nuestro más puro  fanatismo, que esta película en todo su conjunto de arte desplegado, no conoce la palabra falencia.

Enlaces relacionados:

Esos clásicos inolvidables: El Cristal Oscuro (The Dark Crystal, 1982)

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